Darío y Magalí son un pareja de Buenos Aires que siempre soñó con vivir en la ciudad. Tentados con la idea de traer su innovador proyecto a la playa, decidieron intercalar sus días de descanso con un poco de trabajo, algo que las mascotas y sus dueños agradecieron.
Darío y Magalí llegaron a la ciudad en enero. Oriundos de Buenos Aires y enamorados de la ciudad hace años, decidieron, por primera vez, traer consigo al proyecto que nació hace cuatros años atrás: “Otto”, un centro de estética canina móvil que reúne decenas de personas por día.
“Nos habíamos desacostumbrado a llamar la atención. Hace cuatro años empecé con este proyecto y mis clientes de Buenos Aires ya me conocen”, contó Darío, un peluquero canino que llevado por la imposibilidad de seguir sustentando su local tradicional, comenzó a trabajar a domicilio junto con su carrito móvil, donde el dueño puede supervisar el servicio en todo momento.
“En Buenos Aires trabajamos con la modalidad a domicilio. La idea es que el dueño pueda ver a su mascota porque el carrito está vidriado y se queda tranquilo. En media hora, cuarenta minutos el trabajo está listo”, explicó.
Por la “practicidad del servicio” que ofrece, sumado a la cuidado y la trayectoria del personal, “Otto” ha pasado a ser una nueva atracción de la ciudad. Ubicado en la calle Güemes, locales y turistas se acercan diariamente a solicitar turnos para las mascotas de la familia, felices de poder darles un “tiempo de relax a ellos también”.
“Intentamos tomar entre 6 y 8 turnos por día, porque al mediodía cortamos”, contó Darío, quien se mostró muy sorprendido por la convocatoria.
“Vienen muchos turistas pero también se acercaron muchos marplatenses a probar el servicio a pesar de ya tener peluquero. Le hicimos hasta tintura a uno de los perros que vino”, detalló y agregó rápido que son productos sin amoníaco para evitar consecuencias adversas en el animal.
Habitués de los veranos marplatenses, Darío y Magalí, quien también es peluquera canina, planean quedarse hasta marzo, ya que, a pesar de que el plan inicial era vacacionar, el éxito de su proyecto los sorprendió gratamente.
Ambos aseguran que volverán el próximo verano pero esperan que esa vez sea la definitiva. “Nos encantaría vivir en el sur de la ciudad”, expresó esperanzado Darío.